viernes, 1 de junio de 2007

-"-El Franquismo-"-

El Franquismo

Comprende un dilatado proceso que entremezcla continuismo y cambios durante casi cuatro décadas. Desde el Alzamiento ( la Guerra Civil), nadie dudó que, en caso de vencer, el régimen previsto sería una ruptura respecto del pasado republicano. Así lo fueron las primeras instituciones gubernamentales creadas para la España nacional (nombre con el que los sublevados reconocían el territorio sobre el que ejercían su control) en plena Guerra Civil: Junta de Defensa Nacional, Junta Técnica del Estado y primer gobierno presidido por Franco, que serían el germen de la dictadura. Los apoyos recibidos desde el principio permitían presumir el futuro político del Nuevo Estado que, por su larga duración, pasó, sucesivamente por las fases de dictadura personal, totalitarismo autoritario de 'pluralismo limitado', tecnocrático o, como gustó repetir su creador, de democracia orgánica. En cualquier caso, se trató de un régimen sin ningún carácter democrático, no sólo por su origen (sedición generadora de una guerra civil) sino por su posterior desarrollo, caracterizado por el mando personal del caudillo, la inexistencia de partidos políticos, de la división de poderes, de las libertades y el fuerte control ejercido desde el poder, cuya naturaleza coincidía con la ideología franquista: antiliberalismo, anticomunismo, antirrepublicanismo, nacionalismo, concepción jerárquico-autoritaria y nacionalcatolicismo. En su última fase, sin abandonar el trauma de la Guerra Civil y la despolitización como recursos, se incorporaron otros factores: ideología desarrollista, nuevo sistema educativo y europeísmo, junto con el evidente cambio de la estructura social que tuvo efecto desde la década de 1960.

Con todo, y hasta el final, el franquismo defendió los llamados principios del Movimiento: unidad e integridad de la patria, confesionalidad del Estado, la monarquía tradicional como forma de gobierno (aunque no apareció la figura del monarca) y el corporativismo, que definía la representatividad a través del municipio, sindicato vertical (nacionalsindicalismo) y la familia. Este fue, en efecto, el proceso institucionalizador del Nuevo Estado, no consumado hasta 1966 con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado que culminaba las denominadas siete Leyes Fundamentales (Fuero del Trabajo, Ley de Cortes (orgánicas), Fuero de los Españoles, Referéndum, Ley de Sucesión, Principios del Movimiento y Ley Orgánica del Estado). Quedaba como resquicio de cara al futuro la proclamación en 1969, como sucesor a título de rey, del príncipe de España, en una monarquía instaurada, que no restaurada. Franco en 1975, propició la monarquía democrática de Juan Carlos I, poniendo de manifiesto la inviabilidad del 'franquismo sin Franco'.

Si, como se ha dicho, un amplio sector del pueblo aceptó el franquismo, al menos en los dos primeros decenios, y siempre como un mal menor tras una cruentísima guerra civil, tampoco faltó la presencia de una oposición. En los primeros años bajo la forma de guerrillas internas y también por parte de la oposición democrática llevada a cabo desde el exilio, cuyo punto álgido fue el Congreso de 1962, que la prensa oficial descalificó como 'contubernio de Munich'. A todo ello deben unirse las huelgas y conflictos laborales, estudiantiles y en el último tramo, de grupos ligados a la Iglesia que marcaron distancias con el régimen después del Concilio Vaticano II, sin olvidar la actuación de grupos terroristas como ETA. Sin embargo, este abanico opositor fue a la postre débil y no logró sus propósitos de vencer al régimen.

El franquismo logró superar el aislamiento internacional a que estuvo sometido el régimen durante la década de 1940 por haber mantenido, bajo capa de neutralidad en la II Guerra Mundial, la amistad con las potencias del Eje. España, en un primer momento, quedó fuera de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Pero la Guerra fría modificó el panorama y obligó a aceptar la situación española. Los pilares de este reconocimiento internacional se plantaron en 1953 con la firma del Concordato con la Santa Sede y los Acuerdos con Estados Unidos (convenio de Amistad y Cooperación). Ambos hicieron saltar el cerco impuesto hasta entonces a Franco. En 1955 España ingresaba en la ONU, antes lo había hecho en otras organizaciones internacionales: OMS, UNESCO, OIT. Desde finales de 1969 la diplomacia española iniciaba una apertura hacia los países del entorno soviético, primero con carácter comercial, luego en forma de relaciones diplomáticas plenas.

Franco, por otra parte, encontró apoyo y simpatía en los dictadores latinoamericanos de todas las épocas: Perón, Trujillo, Pinochet, etc.

En el ocaso del franquismo (noviembre 1975), el rey marroquí Hasan II organizó la 'Marcha Verde' sobre el territorio del Sahara, lo que supuso abandonar éste en manos de Marruecos y Mauritania.

Sin quebrar el monolitismo del sistema los principales grupos colaboradores en los gobiernos franquistas fueron militares, falangistas, monárquicos, católicos políticos y tecnócratas. Franco fue responsable único de los equipos ministeriales, sujetos en la duración y composición a su exclusiva voluntad. Según la coyuntura (cierre o liberalización) se mantuvieron o fueron sustituidos, siempre al compás de la astucia del general que tuvo especial empeño en mezclar las distintas familias del régimen dando la impresión de un falso pluralismo, por cuanto no se reconocía la existencia de partidos políticos.

En otro orden de cosas, la economía y la política económica evolucionó a lo largo de estos cuarenta años. El primer periodo (1939-1951) fue de autarquía, que acusó los efectos de las guerras civil y mundial y España experimentó una auténtica depresión, que contrastaba con la recuperación europea, en parte por el Plan Marshall del que no disfrutó el país. La década de 1950 actuó como bisagra en la que se produjo un crecimiento debido a la liberalización, la mejora de las relaciones exteriores y los ingresos procedentes del turismo y los numerosos emigrantes. Los años sesenta fueron de expansión. Comenzaron con el Plan de Estabilización (1959) y continuaron hasta 1973, respondiendo en cierto modo al esquema de la OCDE: energía barata, precios favorables en alimentos y materias primas, reservas de mano de obra barata procedente del sector primario, aumento de la población activa y expansión del mercado internacional.

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