domingo, 27 de mayo de 2007

-"-Conclusion -"-


En este trabajo hemos podido dilucidar a un Franco que forja su pensamiento político antiliberal, antiparlamentario y españolista en el ambiente del Ejército español de principios de siglo XX. Esta mentalidad no era algo aislado sino que era una dinámica común entre los sectores conservadores de la sociedad española ante el pensar de la Historia de España. La llegada de la II República, una solución constitucional que podía aparecer razonable y sensata, fue fríamente acogida por estos sectores. Durante la etapa de vigencia de este régimen, de 1931 a 1936, la tensión política creció entre los bloques de las derechas y las izquierdas; una tensión política con bases económicas y sociales que podrían haberse solucionado sin la necesidad de haber llegado a las armas. Sin embargo, tanto de un lado como del otro, se acabó optando por la confrontación y la escalada de tensión culminó con la ruptura de la legitimidad que supuso el Levantamiento del 18 de julio.

Nos equivocamos en la primera respuesta de la hipotesís, al decir que era Democratico, ya que, con toda la información que recopilamos no fue así.

El general Francisco Franco, pieza clave de ese levantamiento y posterior líder, no es más que el producto histórico de esta dinámica de la Historia de España. Él, como general más brillante de su generación, estaba en disposición de simpatizar con las derechas descontentas y liderar un levantamiento de carácter antiliberal que acabara con el régimen parlamentario.

Franco estableció una dictadura personal; la más larga del siglo XX en España y Europa. La existencia de esta dictadura causó el rechazo de la conciencia liberal y democrática de su tiempo. Mientras esta conciencia "impregne" nuestra visión de las cosas, Franco, seguirá siendo para nosotros un ser despótico y antidemocrático.

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